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Tuesday, July 28, 2015

Cómo construir una radio de galena

Posted by Juan Francisco | Tuesday, July 28, 2015 | Category: , |

Antes de que se inventaran las válvulas de vacío y los transistores, los primitivos receptores de radio fueron los de galena. Se trataba de aparatos sencillísimos, con muy pocos componentes, y que ni siquiera precisaban energía eléctrica para su funcionamiento. Básicamente, una radio de galena consistía en una bobina, un condensador variable, un cristal detector (la galena) y unos auriculares.

Radio de galena Siti-Doglio de 1923, donde puede observarse el cuerpo cilíndrico de la bobina
Hoy en día cualquier persona podría construir una radio de galena, aunque este mineral de plomo (sulfuro de plomo) difícil de conseguir en la actualidad, puede ser simulado sustituyéndolo por otro componente que se puede adquirir en cualquier comercio de electrónica. El siguiente esquema ilustra un diseño de radio de galena muy simple para su construcción.
esquema_radio_galena.jpg 
Consta de los siguientes componentes:
- Una antena. En la práctica es un simple hilo de cobre de varios metros de longitud
- Una toma de tierra. No es más que un cable conectado a una cañería o un somier metálico. Sería ideal si se pudiera disponer de una auténtica toma de tierra, mediante una pica de cobre enterrada en una zona bien húmeda.
- Una bobina de sintonía. Es un componente necesario para hacer un circuito resonante que sintonice las emisoras. Para recibir la onda media (OM) modulada en amplitud (AM), se puede construir arrollando 400 vueltas de hilo de cobre esmaltado de 0,2 mm de sección, sobre un soporte cilíndrico de 3 cm. de diámetro y 10 cm. de longitud, dejando una toma al aire cada 50 vueltas, y un pequeño borde de medio centímetro sin arrollar en cada extremo. Para que el hilo no se mueva se puede cubrir con parafina que podemos obtener de una simple vela. El soporte puede ser un tubo de PVC de los utilizados para la conducción de agua. El hilo de cobre esmaltado puede comprarse en cualquier comercio de componentes electrónicos.
- Un condensador variable. Se trata simplemente de dos placas metálicas que giran sobre un eje paralelas entre sí, pero sin tocarse físicamente, y que al cerrarse más o menos ofrecen mayor o menor superficie, y por tanto una mayor o menor capacidad electrostática. Es un componente necesario para hacer variable la frecuencia de resonancia de la bobina, y así poder movernos entre un punto y otro del dial, dejando pasar sólo una de las señales de entre todas las que entran por la antena. El condensador puede ser el de una radio vieja, de transistores o a válvulas, pero también se puede comprar fácilmente; su valor capacitivo debería ser al menos de 450 ó 500 picofaradios.
- Un diodo detector de la señal de radiofrecuencia, que hará las veces de galena. Es un componente necesario para rectificar la corriente de radiofrecuencia y dejar pasar sólo el voltaje de la señal de audio, que se convertirá después en sonidos en los auriculares. Como será difícil conseguir el mineral de galena, compraremos y utilizaremos en su lugar un simple diodo de germanio del tipo OA90, OA79, OA81, OA85 ó cualquier otro equivalente.
- Unos auriculares de alta impedancia. Es posible que sea difícil de conseguir en la actualidad este tipo de auriculares, pues no valen los comunes auriculares dinámicos (de 4, 8 ó 16 ohmios), ya que por su baja impedancia la poca energía que captásemos por la antena sería consumida inmediatamente en su propia resistencia interna. Los auriculares aptos para escuchar una radio de galena son los de cristal o con impedancias superiores a los 2.000 ohmios, y salvo para aplicaciones especiales ya no suelen fabricarse. No obstante, podemos solventar este inconveniente complicando ligeramente el circuito, añadiendo un transformador que nos permita disponer una alta impedancia en el primario y una baja impedancia en el secundario. Para ello podemos recurrir a un transformador de los usados habitualmente como alimentador en los pequeños aparatos electrónicos, de 220 voltios de entrada, 3 ó 6 voltios de salida, y 200 ó 300 miliamperios de corriente. Este transformador se instala entre el receptor y los auriculares (éstos pueden ser dinámicos normales de 4, 8 ó 16 ohmios), conectando la salida de 3 ó 6 voltios a los auriculares y la entrada de 220 voltios al circuito del receptor. De esta forma, las impedancias quedan equilibradas y la energía puede llegar a los auriculares con pocas pérdidas, en caso contrario toda ella se disiparía irremediablemente en el bobinado de los auriculares sin ser convertido en ondas sonoras. 
radio_galena_modificado.jpg
Circuito modificado para poder utilizar unos auriculares dinámicos (de baja impedancia), en vez de unos de cristal (de alta impedancia)
El primer circuito propuesto, aunque muy sencillo, podría simplificarse aún más eliminando el condensador variable y, en su lugar, utilizando una ferrita que pudiera desplazarse por el interior del tubo de la bobina. De esta forma, introduciendo más o menos la ferrita, iría variando la resonancia de la bobina de la misma forma que se conseguía al variar el condensador.
esquema_radio_galena3.jpg
Circuito simplificado, en el que el condensador variable ha sido sustituido por una ferrita que puede ser desplazada por el interior del cuerpo de la bobina
Para escuchar las emisoras, una vez conectadas la antena y toma de tierra, no hay más que unir el extremo libre del circuito a una de las tomas libres de la bobina, e ir moviendo el condensador hasta que captemos alguna emisora. Si no se recibe ninguna, cambiaremos a otra toma de la bobina y repetiremos el proceso de girar el condensador. Si se utiliza el circuito simplificado, entonces sólo hay que desplazar la ferrita por el interior del cilindro de la bobina para ir sintonizando las emisoras.
Hay que tener en cuenta que este aparato no dispone de amplificador, ni etapas separadoras de radiofrecuencia, por eso su fidelidad es alta pero no así su selectividad, siendo fácil que dos o más emisoras se solapen una sobre la otra y se escuchen a la vez. Dado que no posee alimentación de corriente externa, toda la energía que llega a los auriculares es la que trae la propia onda electromagnética que entra por la antena, de ahí que no se puedan utilizar altavoces ni auriculares de baja impedancia.

En vista de la popularidad de este circuito entre los usuarios del blog, y dado que han surgido numerosas dudas y peticiones de ayuda para su construcción, he decidido construir yo mismo un receptor con los materiales que tenía más a mano, y poner los resultados a vuestra disposición.
Contando con los componentes de que disponía, me propuse construir el siguiente diseño:
 
Una de la dudas que he observado en vuestros comentarios es el de la bobina, que por otro lado es el componente más complicado del circuito, pues hay que construirla. Pues bien, aquí tenéis una solución muy simple, pero que os puede servir de ejemplo.
Comencemos pues por la bobina, que va a ser variable mediante un sistema de desplazamiento, también muy simple y rudimentario:
Tomé una botella de cristal de 3/4 de litro, y a lo largo de todo el cuerpo bobiné hilo de cobre esmaltado. Para empezar, diré que no tenía hilo suficiente de la misma sección para cubrir toda la botella, así que fuí bobinando hilo de 0,6 mm, hasta que se terminó (cubrió una tercera parte de la botella), el resto es hilo de otra sección (unos 0,8 mm) que uní al anterior (lo ideal es que sea todo de la misma sección). Fui contando las vueltas y en total salieron 158; cada vuelta al cuerpo de la botella tiene una longitud de 24 ó 25 cm., así que si multiplicáis os dará un buen numero de metros de hilo utilizado.
Diseñé este tipo de bobina variable para evitar hacer conexiones en la misma a intervalos regulares, o tener que utilizar condensador variable 0 ferritas. Precisamente, otro problema que ha surgido en vuestros montajes es el del condensador variable: muchos no localizan condensadores de la capacidad marcada, o se complican la vida en el momento de conectarlos, pues algunos condensadores vienen montados en tanden (dos o más en uno) y no saben qué conexiones tienen que utilizar. Con esta bobina el problema del condensador queda eliminado, por que no lo usaremos.
El hilo de la bobina tiene que ir bien ajustado al cuerpo de la botella y con las vueltas bien apretadas (sólo lleva una capa de hilo). El hilo lo fijé con cinta de carrocero para que no se moviera mientras bobinaba.
Una vez construida la bobina conecté el resto de componentes; para esta prueba ni siquiera hizo falta soldarlos. En la foto apenas se aprecia el diodo de germanio, pues es de cristal y muy diminuto, pero debajo hice un croquis del circuito para situarlo. El resto de componentes son fáciles de identificar.
Como no tengo auriculares de cristal, y además son difíciles de conseguir, utilicé el sistema del transformador para adaptar impedancias. Encontré por los cajones tres transformadores ya desmontados, de los que se utilizan para alimentadores: todos eran con entrada de 220 voltios; las salidas de cada uno eran 9, 12 y 24+24 voltios. Fuí probando para ver cuál daba mejores resultados, pero como ya intuía, el de 9 voltios aprovechó al máximo la señal. Si hubiera tenido un trasformador con salida de 6 voltios hubiera mejorado aún más la ganancia del circuito. Como auriculares utilicé los de una radio Walkman.
Como antena y toma de tierra usé lo que tenía a mano: un largo cable bifiliar de teléfono. La antena la conecté al mismo hilo del cursor, y la toma de tierra al otro extremo de la bobina (uno de los lados de la bobina queda al aire, como se puede ver en la foto, porque no se utiliza).
Todas las labores de montaje las hice sobre una tabla de planchar, y buscando una buena tierra pensé en el trípode metálico de la propia tabla, pero fue insuficiente, como veréis más adelante.
Como véis en el esquema, el cursor tiene que moverse a través del cuerpo de la bobina, pero el hilo es aislante, así que tuve que raspar una franja de arriba abajo con mucho cuidado (para que las limaduras no hiciesen corto después entre las vueltas) de unos 3 cm. de ancho, hasta que el cobre quedó desnudo en esa zona (se ve en la foto que hay una franja vertical más brillante). Después con mucho cuidado limpié todas las limaduras con un cepillo.
Para esta prueba no me paré a diseñar y construir un cursor (como la que aparece en la foto de la bobina antigua italiana que encabeza la primera parte de este artículo), simplemente uní una pequeña malla de cobre al extemo del hilo que va al diodo, y con mis manos aisladas (para no derivar a tierra a través de mi cuerpo las débiles señales que entran por la antena) fuí moviendo la malla de cobre por todo el cuerpo de la bobina, procurando que las puntas metálicas de la malla hiciesen un buen contacto con las vueltas de hilo mientras la desplazaba.
Al principio no conseguí escuchar ninguna emisora, a pesar de que oía chasquidos al mover el cursor, lo cual significaba que en principio el circuito estaba bien montado. Como primera medida estiré todo el cable que servía de antena (el de color amarillo que se ve saliendo hacia arriba por el cuello de la botella), y lo desplegué por todo lo alto de un armario, a unos 2,5 m. de altura.
Repetí la operación de desplazar el cursor, pero seguía escuchando chasquidos, así que rápidamente eché la culpa a la toma de tierra. Obviamente, el chasis metálico de la tabla de planchar no sirve. Busqué algo, un somier metálico o similar, pero no localicé nada de ese estilo. Pero, de pronto lo vi, tenía una hermosa, maravillosa toma de tierra: toda la instalación de calefacción era de cobre, y además estaba instalada a la vista, por el zócalo de toda la casa.
Limé un poco una zona del tubo, enrollé a su alrededor el cable bifiliar de teléfono y, ¡¡Eureka!!, nada más ponerme los auriculares y mover un poco el cursor comenzaron a escucharse emisoras con una fuerza como no había oido antes en este tipo de aparatos. Las mejores señales se recibían con el cursor situado a 2/3 partes de la bobina (justo como aparece en la foto), eso si, varias de ellas se entremezclaban y sólo la más potente se escuchaba con claridad. Sin embargo, pude seguir sin problemas la emisión de fútbol de Radio Nacional de España; también entraba con fuerza la Cope, la cual identifiqué rápidamente por el tipo de contenidos que estaban dando (religiosos, obviamente).

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